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No hay necesidad de presentación; la conocemos tan bien que por su cuenta ya se ha hecho presente. El pretexto nos ha evitado mucho, pero así como a veces (y sólo a veces) parece benigna, la mayor parte del tiempo es vil y traicionera, sobre todo cuando se trata de cumplir algún objetivo personal.
Pasa con los propósitos de año nuevo, por ejemplo. Se comienza poniendo toda la carne al asador desde el primer día, y para el séptimo, ya no hay ni cenizas de lo que alguna vez fue carbón. O la rutina nos consume, o algo se atravesó, y ya no se continúa. También está el escenario donde ya de plano ni se empieza, y todo queda en un deseo sabor a uva.
Pasa también con aquello que deseamos con anhelo hacer, ya sea porque es parte de nuestras aficiones o algún tipo de sueño objetivo por cumplir, llámese retomar la práctica del dibujo o aprender a tocar un instrumento para formar una banda. Por lo general "no tenemos tiempo", pero siempre está esa espinita molestando tu interior, recordándote que aún hay algo por intentar.
También está el infame miedo al qué dirán, esa inquietud que causa el hipotético escenario en el que los demás se burlan de uno por intentarlo, cuando es probable que todos ellos también estén en una lucha similar, y si no, lo han estado al menos una vez en su vida; nadie lo ha tenido todo fácil, incluso quienes al parecer así lo han tenido. Luego tenemos a ese incomprensible deseo de que todo se encuentre en perfecto balance para comenzar a hacerlo, que las condiciones sean las óptimas para que los resultados sean favorables.
Las malas noticias comienzan aquí. Nunca tendremos el tiempo suficiente para hacer lo que deseamos. Siempre habrá quien diga algo sobre lo que hacemos, o en su defecto, quienes lo ignoren. Jamás hallaremos el escenario perfecto que nos permita desarrollar con plenitud lo que queremos.
Pero hagamos de esas malas noticias una oportunidad. Permíteme desmenuzarlo.
Nunca tendremos el tiempo suficiente para hacer lo que deseamos si no buscamos el espacio para hacerlo posible. Eso va a implicar hacer algunos sacrificios, pero como en todo, quien no esté dispuesto a hacerlos, poco o nada logrará hacer. Ojo, sacrificios que no arriesguen la parte laboral (si no de dónde sale el sustento) y que no comprometan la relación con tus seres queridos. Cosas en teoría sencillas como dedicar un par de horas que serían para dormir, o una hora menos de binge watching; lo mismo implica no salir de fiesta un día del fin de semana. Eso no quiere decir que te mantengas con el ojo pelón toda la noche, todas las noches, o que no vuelvas a divertirte jamás. Hablamos de algo mínimo que no te afecte, y por el contrario, terminaría beneficiándote porque ya tendrías, por fin, un pequeño momento para empezar a hacer aquello que has querido.
Siempre habrá quien diga algo sobre lo que hacemos, o en su defecto, quienes lo ignoren. La crítica es necesaria para enriquecer la práctica. Hay que aprender a tomarla como lo que es (cosa que en lo particular me ha costado, pero hoy es más sencillo ser receptivo al respecto) y también a darle crédito según de quien venga. Es decir, quien sólo aporte para destruir, tal cual, con dificultad te ayudaría a construir. También, quien sólo asienta y valide lo que haces sin una observación, aunque sea mínima, no aporta algo de valor. Hay que considerar que lo que hagas no es para todos, por lo cual no debería de sorprender que de tu círculo cercano sólo algunos sigan lo que haces. En algún lado leí (y malamente no recuerdo dónde) que tu audiencia no está entre tus amigos, sino más allá de tu horizonte, y eso no quiere decir que tus amistades no te apoyen; es seguro que lo hagan, pero ellos no serían tu "público objetivo".
Jamás hallaremos el escenario perfecto que nos permita desarrollar con plenitud lo que queremos. Siempre habrá obstáculos, y hay que aprender a emprender el camino y seguir en él, a pesar de dichos obstáculos. Como todo en la vida, los obstáculos son oportunidades de aprendizaje si los tomas de esa manera; encontrarás algo nuevo que te ayude en el futuro, ya sea una forma distinta de hacer las cosas, e incluso una nueva visión de la vida. Además, alcanzar la excelencia es imposible. Por muy buen desempeño que tengas, siempre estarás a un paso de hacerlo excelente. Es como esos letreros de "hoy no fío, mañana sí" que hay en las tiendas de abarrotes.
En lo personal, he hecho y dejado de hacer cosas por tener esas ideas bien incrustadas en la mente, y aunque en su momento pude considerar cada intento como uno fallido, ahora me doy cuenta de que en cada oportunidad hubo un aprendizaje. No doy por hecho que este proyecto del blog sea el acierto; no tengo manera de saberlo ahora, sin embargo, es un nuevo intento para el cual ahora tengo decenas de fallas como experiencia, y aún me faltan decenas más.
Hace más de dos años que he querido empezar este blog, pero no hallaba el modo de hacerlo, y cuando por fin tenía una idea, encontraba alguna excusa para dejarlo pendiente. Ayer (14 de noviembre, 2021, por si me lees en el futuro) decidí sólo hacerlo; el temor no me llevaría a ningún lado. El último pretexto que tenía para iniciarlo era que debía preparar el texto ideal para inaugurar el espacio, pero tal cosa como lo ideal es tan subjetivo que si lo buscas sin descanso, podrías morir de cansancio sin haberlo hallado. Al final, escribí algo sobre una canción que me hizo sentir nostálgico y ya, fue todo. Por algo se empieza; el chiste es empezar.
Con esta entrada pretendo dar una presentación más formal a este nuevo proyecto que fue uno de mis propósitos objetivos para este 2021, "iniciar mi blog". Será noviembre, pero bueno, lo hice antes de que terminara el año, así que... check.
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